Qué son.
En la unión de todas las articulaciones del cuerpo existen los llamados ligamentos, una especie de cordones fibrosos que unen los huesos entre sí y dan estabilidad a las articulaciones. La lesión de estos ligamentos se denomina esguince. Un esguince se produce al estirar o forzar en exceso los ligamentos, lo cual puede ocurrir cuando la articulación sufre un golpe o una torsión forzada.
En la figura se muestran las zonas más predispuestas a sufrir esguinces (tobillos, rodillas y muñecas, además de las articulaciones de los pulgares de manos y pies). Ningún deporte está libre de esta lesión. La causa específica puede ser muy variada, pero hay dos grupos: a consecuencia de golpes (pulgares de manos y pies, principalmente) y a consecuencia de torsiones (muñecas, rodillas y tobillos).
Síntomas.
Dolor intenso en la articulación, que suele impedir casi por completo el movimiento de la misma. Inflamación de la zona afectada. Se distingue fácilmente de una luxación o fractura (que se pueden producir por las mismas causas) ya que no aparece deformidad en la articulación: aparte de la hinchazón el aspecto sigue siendo normal. Puede aparecer un hematoma si se ha roto algún vaso sanguíneo, pero es menos frecuente.
Qué los causa.
La causa es siempre estirar el ligamento más allá de su límite de elasticidad. Si se fuerza la articulación a un movimiento que vá más allá de su límite normal, lo primero que se resiente son los ligamentos. De todas las causas que se listan a continuación, el que se produzca un esguince, una luxación, o una fractura, es simplemente cuestión de intensidad.
Practicando basquetbol, lo más frecuente es:
Practicando basquetbol, lo más frecuente es:
Los dedos de las manos pueden esguinzarse al recibir el balon, los tobillos y rodillas sufren en saltos y rebotes, si la técnica no se ejecuta correctamente. En especial, si al momento de caer el pié esta mal apoyado en el suelo, puede esguinzar los ligamentos de la rodilla. También a consecuencia de un salto o una caída puede uno torcerse un tobillo violentamente, causando el esguince. Los pulgares de las manos y los dedos en general están muy expuestos: pues ellos reciben y controlan el balón, basta un roce desafortunado para provocar el esguince.
Qué se debe hacer cuando ocurre: Primeros auxilios.
No es muy complicado: aplicar frío (si se dispone de hielo, mejor). A continuación poner un vendaje compresivo (con una venda elástica) en la articulación afectada. Inmovilizar lo mejor posible, e ir al médico para que haga un diagnóstico exacto del alcance de la lesión.
Es importante actuar rápido e ir al médico, aunque no duela demasiado y la articulación se pueda mover ligeramente. Un esguince mal tratado puede hacer perder movilidad en la articulación. Además, los ligamentos quedan debilitados y se aumenta el riesgo de repetir la lesión pasado un tiempo.
En el caso de las rodillas, la situación es especialmente grave, ya que es una articulación muy compleja: uno de los músculos del muslo que llegan a la rodilla (llamado vastus medialis) se deteriora rápidamente a partir de las 6 horas posteriores a la lesión; el resto de los músculos del muslo empiezan a estropearse a partir de 24 o 36 horas. Por supuesto, un pequeño esguince no causa estos problemas de deterioro muscular, pero es el médico quien ha de decidirlo.
Un aspecto curioso de los esguinces es que se suelen producir a pares, con algunos días de diferencia. Es decir, si nos esguinzamos el tobillo derecho, hay muchas posibilidades de que algunos días después ocurra lo mismo con el izquierdo. El motivo es sencillo, y solo les ocurre a los impacientes: cuando alguien vuelve a entrenar sin estar bien curado, para evitar dolores en el miembro lesionado, tenderá a hacer trabajar más al opuesto. Esto solo lo evita el sentido común y el esperar a curarse bien de las lesiones, antes de volver a entrenar.
La prevención: Cómo evitar que nos ocurra.
La gran mayoría de las lesiones se pueden evitar calentando bien y ejecutando las técnicas correctamente.
Calentamiento:
Es Lamentable, pero en la mayoría de los gimnasios no se hace un calentamiento suficiente de las áreas más susceptibles de sufrir esguinces. En muchos sitios, las clases de basquetbol duran una hora, y practicar un calentamiento completo podría ocupar entre 20 y 30 minutos. Por ello se tiende a "abreviar", limitándose a girar un poco muñecas, rodillas y tobillos, antes de pasar a otra cosa.
Si los alumnos tienen menos de 18 o 20 años, eso suele ser suficiente, ya que a esa edad el cuerpo tiene, en general, una buena elasticidad en las articulaciones. La responsabilidad es de los profesores, que en función de la gente que tiene en sus clases, han de decidir si es conveniente hacer un calentamiento más completo en esas zonas, y decidir los ejercicios a realizar.
Un último consejo: para aquellos que ya han sufrido un esguince, al volver al entrenamiento y durante una temporada, es muy recomendable usar un vendaje compresivo, muñequeras, rodilleras o tobilleras. El vendaje preventivo es la mejor manera de que no se vuelva a reproducir la lesión.
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